La aventura – Por Allister el Bardo
Dejadme que os cuente la historia de un de un grupo de héroes que desafiaron la muerte y el destino en las tierras de San Citlán… He aquí la Gran Noche de los Recordados, cuando las velas iluminan las tumbas y los espíritus danzan entre los vivos.
¡Escuchad bien, viajeros y viajeras, porque ésta es una historia digna de ser cantada en las tabernas y susurrada en los rincones oscuros!
Había una vez un cuerpo de élite conocido sólo como “Los Escudados”, guerreros formados en la Ciudadela Radiante. Una ciudad oculta entre los planos donde sus defensores se entrenaban para proteger al mundo del mal. Juraron hacer el bien, pero siempre en las sombras, sin revelar nunca su verdadera identidad.
Entre ellos, destacaban cuatro miembros enviados a San Citlán en una misión crucial, y cuyas hazañas aún resuenan en las calles empedradas de la antigua ciudad: Nahla, la cambiaformas más astuta; Karus, el ingenioso artillero; Hazumi, la hechicera cuyos conjuros eran tan precisos como mortales y Aralena, la certera arquera, cuyos disparos eran tan letales como sus dotes de detective. Estos Escudados, con sus armaduras tan resplandecientes como sus corazones, se infiltraron en la ciudad bajo la apariencia de simples aventureros, pero su propósito era mucho más grande: erradicar una misteriosa maldición que robaba el calor de las almas en Milpazul.
¡Oh, qué visión desoladora los esperaba al llegar! Bandidos y bestias rondaban las tierras, y el aire estaba impregnado con el lamento de los caídos. Pero estos valientes no se dejaron amedrentar. Con sus armas afiladas y sus mentes aún más preparadas, enfrentaron la primera emboscada en un pueblo desierto, donde Nahla transformada en un feroz oso, desgarró a sus enemigos mientras el polvo de la batalla se alzaba hacia el cielo.
Pero no fue la única vez que el peligro les acechó. En las entrañas de la oscura Mina Hueca, descubrieron secretos tan antiguos como el tiempo mismo. Allí, entre ruinas y oscuros símbolos, lucharon contra las huestes de Pazuzu, el rey demonio de las criaturas malvadas del cielo. ¡Y qué combate fue! Ghouls y criaturas deformes salieron de la oscuridad para probar la valentía de nuestros héroes. Hazumi, con la velocidad del rayo, desintegró a un enemigo con un solo gesto, mientras Nahla, transformada en una feroz hiena, dejaba inconsciente a una malvada Goblin con un golpe mortal.
Pero no todo fue sangre y sudor, amigos, no, no. También hubo risas y bromas, como cuando Karus, siempre tan travieso, decidió robarle el bastón a un Olvidado en plena fiesta, o cuando Aralena se encontró intentando coquetear con un Gavilán, solo para recibir una fría mirada a cambio. Pero, ¡oh, cómo nos divertimos esa noche!
Y en medio de tanta aventura y peligro, se gestó un romance inesperado. En el bullicioso pueblo de Milpazul, una figura del pasado de Karus resurgió: Baba, una Tiefling de espíritu indomable y una chispa en la mirada que podría encender cualquier corazón. Al encontrarse, las llamas del pasado se avivaron. “¡Hombre, por fin te veo, Karus!”, exclamó Baba, y antes de que pudiera reaccionar, le dio un sonoro bofetón: una mezcla de amor y reproche que sólo los amantes de antaño entienden. Karus, con su habitual sonrisa pícara, se dejó querer, aunque le dejó claro a Baba que lo suyo había sido algo hermoso, pero efímero.
El final de su aventura fue tan dramático como el inicio. Tras derrotar a Iztmin, el malvado Tiefling, y su demonio alado, nuestros héroes fueron traicionados y arrojados a las frías celdas de San Citlán. Pero no se desesperaron, no, porque con la astucia que les caracterizaba, y la ayuda de la resistencia, lograron escapar en medio de un motín que sacudió la prisión hasta sus cimientos. ¡Libres una vez más, aunque con la sombra de la traición aún persiguiéndoles, sus corazones ardían con la promesa de una justicia que aún estaba por cumplirse!

Y así, con el destino aún por escribir y las espadas listas para nuevas batallas, nuestros héroes desaparecieron en la noche, dejando tras de sí una historia que será cantada por bardos como yo durante generaciones. ¡Que vivan los Escudados de la Ciudadela Radiante, que sus nombres nunca sean olvidados! Y quizás, en alguna otra aventura, las llamas de Baba y Karus se vuelvan a cruzar, encendiendo una vez más ese fuego que nunca se apagó del todo.
¡Salud por ellos, mis amigos, salud por los héroes que desafían la muerte, el amor y hacen temblar a los dioses!
Conoce los aventureros
¡La elite de los Escudados!



Hubo un ataque al bosque de unos seres que venían ocultos en una especie de niebla mágica.
Mientras intentaba huir para conseguir ayuda, me encontré con un gato del bosque que me ayudó a llegar hasta el portal. Conseguí huir a tiempo por el portal para pedir ayuda. Cuando los disturbios terminaron, todo el pueblo había sido masacrado y había varios desaparecidos, entre ellos mis padres y hermana pequeña.
Desde entonces crecí en la Ciudadela junto a Rhys (el gato) luchando para que ningún otro pueblo pasara por lo mismo que yo. Me uní a los escudados en cuanto alcancé la mayoría de edad y, sin olvidar mis orígenes élficos, me especialicé en el ataque a distancia y el camuflaje.

PNJ's destacados
Los secundarios del One shot

Arayat

Rufus

Paloma

Guadalupe

Rufina

Baba

Iztmin

Pazuzu

Doña Rosa
